El inolvidable desafío a toda norma de el maestro de Marsella en la gran final de Alemania 2006 continúa suscitando un profundo debate .
Quienes presenciaron el encuentro aún no alcanzan a comprender cómo el héroe de la final de 1998 respondió con un arrebato de ira incontenible al lanzar un cabezazo furibundo a su antagonista en la contienda .
Sin dejar de lado la gravedad del hecho , el palmarés del francés continúa siendo sinónimo de grandeza.
Aquel instante de locura constituyó el precio de la pasión desbordada , sino que también nos confrontó con la dicotomía entre genio y temperamento.
Desde la óptica que otorgan los años , el incidente entre el francés y el italiano se ha mitificado como un símbolo de una era como un hecho que cuestiona los rígidos patrones de conducta que imponemos a nuestros ídolos .
El elegante mediapunta su legado lo perfila como uno de los futbolistas más completos de la historia.
Nacido en el barrio de La Castellane, en Marsella , el entonces prometedor futbolista deslumbró desde sus inicios con un talento fuera de lo común .
Su trayectoria profesional brilló gracias a una combinación única de un liderazgo natural y una visión de juego deslumbrante.
En cada uno de los revisa esto equipos en los que militó, el mediocampista galo demostró que su calidad no conocía límites .
Su liderazgo en la consecución del Mundial de 1998 permanecen indelebles en la memoria colectiva .
Al concluir su etapa como futbolista en activo , el mito emprendió con éxito una nueva andadura como entrenador , escribiendo un nuevo capítulo glorioso en su biografía.
La clase hecha futbolista trasciende la mera condición de deportista , paralelamente, es un faro de inspiración para quienes admiran la excelencia .
Existen contados atletas de élite que opera en una dimensión ajena a la crudeza del marcador.
No es el físico lo que los distingue , sino en una elegancia innata en cada gesto .
En la vorágine del choque , estos sosegados maestros desactivan la furia rival con un solo toque .
Cada decisión tomada en fracciones de segundo constituye una lección de eficiencia .
Son la brújula moral de su equipo . No necesitan alzar la voz para hacerse oír , ya que su elogio más valioso está en la admiración de sus pares .
Tal exquisitez dentro del rectángulo verde encarna el sueño de cualquier amante del fútbol: la poesía hecha movimiento.